sábado, 9 de mayo de 2020

Así me siento mejor


 MIS HIJOS ME TRAJERON A PASAR ESTE TIEMPO DE CUARENTENA,  
a este lugar sin paredes, sin luz, sin piso, solo con techos y ventanas,
a ningún sitio, dizque porque era el mejor cerco para cuidarse los ancianos,
como los que son llevados a un santuario en espera de un milagro.
   No obstante, todo el día lo desando con euforia de aquí para allá en dos zancadas, de a poco, repasando lo que me falta por vagar hasta perderme.   
   Por las noches de luminosidad microscópica
                         (enigmático, tal vez explicable)
me dedico a excluir las lunas que tienen los planetas del universo sin estrellas,
unas veces. Otras, a calcular los vacíos de las estrellas fugaces que tienen planetas sin satélites. Y así me siento mejor, sin ocupación, sin mejoría, sin que los médicos ni mis hijos se enteren nunca.

   Ambos, forzarían de nuevo mi reingreso, y de nuevo impedirán mi salida después de la pandemia.

4 comentarios:

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  3. Ellos también tienen la obligación moral y física de aislarse.
    Excelente cuento de, y para los sensatos y, los insensatos.

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    1. De acuerdo, obligación moral y física de aislarse, pero, por favor, sin considerar que los mayores son tan pueriles como para no salir y autocuidarse. Creo que ahí hay cierta violación a la libre movilidad. El tema va a producir su debate. Ya el Secretario General de la ONU dio la puntada. Y lo acompañaremos. Repito: me alegra la discusión enriquecedora.

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