a este lugar sin paredes, sin luz, sin piso, solo con techos y ventanas,
a ningún sitio, dizque porque era el mejor cerco para cuidarse los ancianos,
como los que son llevados a un santuario en espera de un milagro.
a ningún sitio, dizque porque era el mejor cerco para cuidarse los ancianos,
como los que son llevados a un santuario en espera de un milagro.
No obstante, todo el día lo
desando con euforia de aquí para allá en dos zancadas, de a poco, repasando lo
que me falta por vagar hasta perderme.
Por las noches de luminosidad
microscópica
(enigmático, tal vez explicable)
me dedico a excluir las lunas que tienen los planetas del universo sin estrellas,
unas veces. Otras, a calcular los vacíos de las estrellas fugaces que tienen planetas sin satélites. Y así me siento mejor, sin ocupación, sin mejoría, sin que los médicos ni mis hijos se enteren nunca.
(enigmático, tal vez explicable)
me dedico a excluir las lunas que tienen los planetas del universo sin estrellas,
unas veces. Otras, a calcular los vacíos de las estrellas fugaces que tienen planetas sin satélites. Y así me siento mejor, sin ocupación, sin mejoría, sin que los médicos ni mis hijos se enteren nunca.
Ambos, forzarían de nuevo mi
reingreso, y de nuevo impedirán mi salida después de la pandemia.
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ResponderEliminarEllos también tienen la obligación moral y física de aislarse.
ResponderEliminarExcelente cuento de, y para los sensatos y, los insensatos.
De acuerdo, obligación moral y física de aislarse, pero, por favor, sin considerar que los mayores son tan pueriles como para no salir y autocuidarse. Creo que ahí hay cierta violación a la libre movilidad. El tema va a producir su debate. Ya el Secretario General de la ONU dio la puntada. Y lo acompañaremos. Repito: me alegra la discusión enriquecedora.
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